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    La empresa camaleónica.

La empresa camaleónica.

¿Te gustaría que tu empresa y tu oferta comercial se mantuviesen frescos y actuales ante el mercado?.

¿Te gustaría poder adaptarte a los cambios de tu mercado de una forma natural y sin pegar bruscos giros en tu propuesta de valor?.

Si la respuesta es si, no te pierdas el podcast de hoy, “la empresa camaleónica”.

Todos somos conscientes y estamos advertidos constantemente por artículos en blogs, debates, noticias de medios de comunicación, etc, de que estamos viviendo una nueva revolución industrial, de que estamos en un momento de cambio empresarial que en algunos sectores por el momento es incipiente, en otros comienza a dar pasos más acelerados y que en algunos, los menos por ahora, está siendo una reconstrucción del sector, de sus reglas de juego en el mercado y del rumbo que toman los consumidores.

Sectores como la industrial audiovisual ya han cambiado, sectores como el transporte de personas están en proceso y otros como las finanzas comienzan a hacerlo, por poner algunos ejemplos.

Desde luego, la ruptura del status quo es, para aquellos que se encuentran funcionando en las reglas establecidas una auténtica pesadilla, una amenaza, un peligro.

Sin embargo, para los que deseamos emprender, es una oportunidad enorme, un aliciente, una motivación, y este panorama, esta escena, invita a ser creativos en la construcción de este emprendimiento, invita a hacer las cosas de una forma diferente, hasta el punto de inventarnos el concepto de nuestra empresa o de nuestro emprendimiento.

Estamos en un entorno propicio para desarrollar la creatividad en este sentido y para darle rienda suelta a nuestra imaginación, deseo y gusto a la hora de construir ese novedoso concepto empresarial que nos abandere y presente al mercado, sin embargo, aunque nuestro concepto empresarial sea novedoso, debemos ser cautos y conscientes para no olvidar que la necesidad que satisfacemos es una necesidad existente.

Muchas veces, cuando hablamos de nuevos productos o de nuevos servicios que hoy en día consumimos y que en el pasado no los teníamos, utilizamos la expresión…“nos han creado una nueva necesidad…porque yo antes no necesitaba esto o lo otro…”.

En realidad, lo que consiguen aquellos que parece que nos crean nuevas necesidadeses satisfacer necesidades muy distantes a las necesidades para las que está creado un producto o servicio, y es natural que el público haga una interpretación como esta de que “nos han creado una nueva necesidad” al percibir un fenómeno comercial de primer nivel, como este.

Voy a explicar un poco mejor a qué me refiero con satisfacer necesidades para las que no está creado un producto o servicio.

Tomemos como ejemplo de producto el smartphone que hoy en día nos acompaña inseparablemente y que hace menos de 15 años ni existía ni se le esperaba… Si pensamos en la necesidad que tiene que cubrir de forma natural un smartphone, podemos decir que estamos hablando de facilitar la comunicación de las personas.

Sin embargo, si somos un adolescente de 16 años, que necesitamos sentirnos integrados y reconocidos en nuestro círculo por estar a la última, nuestro Smartphone no puede ser cualquiera, tendrá que ser de una marca o unas marcas determinadas y unos modelos concretos.

¿Qué necesidad de comunicación está satisfaciendo ahí el producto?. Ninguna en absoluto, en este caso la necesidad que está cubriendo se encuentra un par de escalones por encima de la necesidad básica o fisiológica de la comunicación y es que la necesidad que está satisfaciendo es la necesidad de pertenencia, la que siente ese adolescente de 16 años si se ve que forma parte del grupo de lo que tienen el smartphone que mola.

Por lo tanto, hay artículos, productos y servicios, que logran traspasar la frontera natural de la necesidad para la que han sido creados y suben escalones en la pirámide de las necesidades satisfaciendo otras necesidades para las que no es tan evidente su beneficio, sin embargo, no han creado ninguna nueva necesidad, la necesidad de pertenencia en este caso que comentamos ya existía, la magia está en que han sabido robarle esa función a una marca de zapatillas deportivas, a unos vaqueros, a una camiseta o a un bolso para este adolescente de 16 años de nuestro ejemplo.

Así que podemos innovar en nuestro concepto de empresa, en nuestra propuesta al mercado, en nuestra imagen y la forma de presentarnos, pero siempre con el foco puesto en satisfacer necesidades existentes.

Ese camino de innovación e invención en la forma de presentarnos al mercado puede ser nuestra mejor arma para afrontar los cambios y adaptarnos a los nuevos entornos que nos rodean y que comentábamos al principio.

Ser capaz de observar lo que sucede a nuestro alrededor para ir adaptando nuestra propuesta hacia el mercado de forma paralela a sus movimientos, si es posible con un paso por delante pero de forma sigilosa, casi inapreciable el movimiento, con fluidez y sin disrupciones, será más fácil y viable si innovamos en nuestro concepto comercial.

Los tiempos en los que una empresa se creaba con una fuerte rigidez de funcionamiento y una misión y visión empresarial perennes, ha desaparecido, como lo ha hecho trabajar treinta años para una misma empresa y dejarla solo por haber llegado la hora de la jubilación.

Nuestra esencia empresarial hoy en día tiene que ser en lugar del producto o servicio (que es lo que nos llevaría a ser poco flexibles), el cliente al que tenemos cerca y al que le proporcionamos productos o servicios.

Hoy por hoy, no tiene sentido si ese cliente con el que tenemos una relación, cambia en sus demandas, que nosotros permanezcamos impasibles en nuestra oferta y tengamos que hacer el esfuerzo de buscar a nuevos clientes que les encaje nuestra oferta.

En primer lugar, porque es mucho más costoso este camino que el camino de adaptarnos a las nuevas demandas de nuestro cliente actual; en segundo lugar, porque es muy probable, que el cambio en la demanda de nuestro cliente no sea una cuestión coyuntural y aislada, sino una tendencia global, por lo que la búsqueda de esos clientes similares a nuestro cliente tradicional, puede ser absolutamente infructuosa.

Cambiar no es fácil si no fijamos desde la concepción de nuestra empresa el escenario para hacerlo sencillo, así que como decíamos al principio, construyamos una empresa singular, novedosa, de difícil encasillamiento en las categorías existentes en la conciencia colectiva, para poder así proporcionarle esa flexibilidad camaleónica que vamos a necesitar para acompañar a nuestros clientes en sus demandas.

Un buen punto de partida para poder construir sobre un andamiaje facilitador del cambio es la hibridación de conceptos, es decir, la combinación de elementos para crear una categoría singular.

La psiconomía, el coach ejecutivo, la ecología emocional y por qué no, el emprendizaje, son ejemplos, como muchos otros, de conceptos híbridos que nos rodean hoy en día y que como nuevos conceptos, se están formando, se están construyendo y desarrollando, por lo que el cambio constante es admitido de forma natural.

Además… lo diferente llama la atención y es más memorable y como dijo en su día uno de los cerebros del éxito de Apple, Guy Kawasaki, o eres diferente o eres barato.

 

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